Tratamientos personalizados para mejorar el bienestar emocional y la salud mental
Todo se puede aprender y también a superar la angustia, la ansiedad o el estrés para así mejorar nuestra calidad de vida y sentirnos más satisfechos, Estamos convencidos que nos realizamos en lo que hacemos para cambiar lo que estamos viviendo.
Un alto porcentaje de personas sufren a lo largo de su vida inestabilidad psicológica y emocional. Y si bien las experiencias dolorosas a veces son inevitables, el sufrimiento no.
Y es que el sufrimiento y las complejidades emocionales se pueden presentar en todas las etapas de la vida de una persona, siendo los pilares de nuestra salud psicológica las relaciones sociales, las de pareja y familiares, el trabajo y el ocio.
El tratamiento psicológico permite elaborar y transformar aquello que impide o dificulta el crecimiento; abre vías impensadas y se producen nuevos recursos para resolver las dificultades que limitan, aumentando el conocimiento de qué ocurre, cómo funciona y la adquisición de habilidades para resolverlo.
Las personas tenemos la capacidad de desarrollarnos y evolucionar hasta el final de nuestros días, sin importar cuales hayan sido las experiencias que hemos tenido, cual sea nuestro nivel social, intelectual o laboral, o que tipo de errores creamos haber cometido o cualquier cosa que creamos que nos condiciona o nos haga sentir inferiores. Sin importar lo que está sucediendo, la luz siempre ilumina cualquier oscuridad.
José Ángel Castillo
La infancia es ese periodo -posiblemente crítico- en el que los niños sentimos sobre nuestro desarrollo las capacidades o incapacidades de los adultos, tanto para amarnos como para asolarnos.
Los trastornos depresivos tienen como rasgo común la presencia de un estado anímico triste, vacío o irritable, acompañado de cambios fisiológicos y de pensamiento que afectan marcadamente la capacidad funcional de la persona. Entre los trastornos depresivos se encuentran el trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo, el trastorno de depresión mayor, el trastorno depresivo persistente (distimia) y otros.
¿Qué es el trastorno por somatización y cuáles son sus síntomas?
El trastorno por somatización o trastorno por síntomas somáticos se presenta cuando una persona siente una ansiedad exagerada a causa de síntomas físicos sin que exista una causa física real que justifique la aparición de dichos síntomas.
¿Qué es la Dismorfofobia y cuáles son sus síntomas?
La dismorfofobia o Trastorno Dismórfico Corporal, se trata de un trastorno relacionado con el Trastorno Obsesivo-Compulsivo y consiste en un a preocupación por uno o más defectos o imperfecciones percibidas en el aspecto físico que no son observables o parecen sin importancia a otras personas.
Los trastornos del estado de ánimo pueden darse como una entidad propia o pueden pertenecer a un cuadro clínico más amplio, como parte de un trastorno que incluye otros síntomas además de un estado de ánimo desregulado. No hablamos sólo de sentirse triste o deprimido, sino de la desregulación de otras emociones que cuando se desequilibran pueden causar fuertes desórdenes en la vida de una persona.
Por la problemática social que acarrean, la anorexia y la bulimia ostentan el podium a ser los trastornos alimentarios más conocidos, lo cual, lejos de restarles el componente del mito, lo alimentan. No obstante, existen otros trastornos alimentarios, que no siendo tan dramáticos a varios niveles, sí requieren atención especial por la problemática que conllevan y porque tienen el poder de distorsionar gravemente la vida de una persona. Tal es el caso del trastorno de pica, rumiación, evitación/restricción de alimentos o atracones, además de la anorexia y la bulimia nerviosa.
Las drogas tienen un componente adictivo físico y fisiológico, y también psicológico. Por eso cuando se trabaja con los trastornos relacionados con el consumo de sustancias, es importante atender tanto la desintoxicación (adicción física) como la deshabituación (adicción psicológica). como la deshabituación (adicción psicológica). También es de tener en cuenta que el consumo de drogas tiene un componente sociológico muy marcado. Cada sociedad decide qué drogas asume como tolerables y cuáles no. Los criterios no están del todo claros, aunque seguramente existe un fuerte componente cultural, incluso en clave de tradición.
Los problemas interpersonales son muy comunes porque son inevitables en una relación que está viva. Nos gusta decir que los problemas entre personas son como la fiebre, que sólo se da cuando el organismo está vivo. No obstante, cuando la escalada de dichos problemas se hace demasiado grande es cuando tal vez sean objeto de atención clínica.
El mobbing se define por comportamientos agresivos y/o amenazadores en el entorno de trabajo. Comportamientos abusivos de unos trabajadores hacia otros por cualquier tipo de razón discriminatoria. Podemos pensar que dichos comportamientos son de índole infantil, pero lo cierto es que el mobbing representa un problema que afecta a alrededor del 15% de trabajadores españoles, según un estudio de 2017 de la Asociación contra el Acoso Psicológico y Moral en el Trabajo.
El control de impulsos es fundamental para tener comportamientos adaptativos dentro del entorno en el que vivimos.Si no fuésemos capaces de inhibir ciertas conductas en ciertos contextos, nos buscaríamos muchos problemas constantemente: pasaríamos vergüenza, no sentiríamos desubicados muchas veces, tendríamos problemas sociales y de adaptación en nuestro entorno. En definitiva, no podríamos tener una vida adulta normal. Por eso saber controlar los impulsos es fundamental para satisfacer nuestras necesidades sociales y personales.
La timidez es un rasgo que acompaña a muchas personas desde su infancia. No hace falta haber tenido traumas, ni experiencias demasiado turbias para ser una persona tímida. Todos conocemos a personas que no les gusta ser miradas u oídas, especialmente cuando se encuentran entre un grupo de personas. No obstante, cuando la timidez se sufre en extremo, puede llegar a ser muy limitadora porque poco a poco va ganando terreno a la persona hasta el punto de que puede desarrollar una fobia social u otro tipo de problemas.
Cuando una persona sufre inhibición, frecuentemente encontramos en ella algunos síntomas relacionados con la depresión, distimia, ansiedad o una personalidad cimentada en la timidez. En cualquiera de estos cuadros, la persona pierde las ganas de hacer cosas, de salir a la calle o relacionarse con otras personas. Además, puede que se sienta triste, apagada y sin motivación por cosas que antes le hacían sentirse bien.
Los problemas de comunicación son algo bastante más frecuente de lo que podría creerse. A muchas personas les cuesta expresar lo que sienten, decir su opinión abierta y naturalmente, expresar enfado u otro tipo de emociones… Incluso cuando el asunto es realmente importante. Para ellas, una sencilla conversación puede convertirse en un foco de incomodidad, incluso ansiedad, porque la comunicación es algo que les cuesta llevar a cabo.
Las crisis de pánico comienzan siendo pequeñas, apenas inofensivas, pero aquello a lo que no le dimos importancia, puede que aparezca con más fuerza en una situación posterior, además en períodos de tiempo cada vez más cortos, más imprevisibles y de carácter más desconcertante. Al final, es frecuente encontrar cuadros psicológicos en los que las personas que los sufren sienten síntomas de ansiedad en multitud de situaciones y cuyos inicios se han perdido en el tiempo.
Una crisis de pareja suele ocurrir cuando hay conflictos sin resolver o ansiedad acumulada y ninguna de las dos partes se siente preparada o con fuerzas para solucionarlo. Con el tiempo, si la comunicación o la solución no llegan, la pareja se va distanciando y puede llegar a romperse.La mayoría de las parejas atraviesan varias crisis a lo largo de su relación, un estado en el cual es imprescindible que se produzca un cambio en el estado de las cosas.
Los problemas de comunicación son algo bastante más frecuente de lo que podría creerse. A muchas personas les cuesta expresar lo que sienten, decir su opinión abierta y naturalmente, expresar enfado u otro tipo de emociones… Incluso cuando el asunto es realmente importante. Para ellas, una sencilla conversación puede convertirse en un foco de incomodidad, incluso ansiedad, porque la comunicación es algo que les cuesta llevar a cabo.
El trastorno Obsesivo-compulsivo (TOC) es un desorden psicológico caracterizado por la presencia de obsesiones y/o compulsiones. Definimos las obsesiones como pensamientos, impulsos o imágenes recurrentes y persistentes no deseadas. La persona intenta ignorar o suprimir estos pensamientos, impulsos o imágenes, o neutralizarlos con algún otro pensamiento o acto (compulsión), aunque generalmente no lo consigue, convirtiéndose en un foco de fuerte ansiedad, depresión y mucho estrés.
Cuando una persona sufre insatisfacción vital puede estar atravesando por un mal momento en su estado de ánimo, que puede venir como algo puntual, como un desbordamiento ante una situación verdaderamente complicada de sostener, o puede venir como una acumulación de estrés, tristeza o ansiedad que se ha ido enquistando a lo largo del tiempo. En este caso, la autoestima de la persona se resiente y probablemente tenga que tomar decisiones importantes de cambio
¿Qué efectos tiene el estrés sobre la salud? ¿Cómo influye el estrés en la aparición de enfermedades? ¿Cuáles son los efectos del estrés crónico en el cuerpo?
El estrés (especialmente si es crónico) puede afectar de multitud de maneras sobre la salud mental y física
¿Qué es un trastorno de la personalidad?
Un trastorno de la personalidad es un patrón perdurable de experiencia interna y comportamiento que se desvía notablemente de las expectativas de la cultura del individuo.
¿Qué es la hipocondría y cuáles son sus síntomas?
El trastorno de Ansiedad por Enfermedad (comúnmente conocido como hipocondría), es la preocupación por padecer o contraer una enfermedad grave, sin que existan síntomas somáticos o, si están presentes, son únicamente leves.
La angustia es el término anglosajón para referirse a la ansiedad, aunque en Europa lo usamos más ampliamente. La angustia no sólo tiene por qué referirse a un trastorno de ansiedad, sino que puede hacer referencia a algún tipo de malestar o congoja que nos impide ejercer las funciones diarias de forma fluida. La angustia frecuentemente está causada por un conflicto interno no resuelto que, como piedra en el zapato, da vueltas hasta tornarse rumiativo y molesto.
La ansiedad es una sintomatología que está en la base de todos los trastornos de ansiedad y que está muy relacionada con la respuesta de miedo. El miedo es una respuesta emocional a una amenaza inminente, real o imaginaria, mientras que la ansiedad es una respuesta anticipatoria a una amenaza futura. Aunque ambas se refieren a una reacción de alerta ante el peligro, hay diferencias entre ellas. Mientras el miedo se asocia a una súbita activación del sistema nervioso autónomo que prepara al individuo la defensa o la fuga, pensamientos de peligro inminente y conductas de huida; la ansiedad está más asociada con tensión muscular, hipervigilancia en relación a un peligro futuro y comportamientos de precaución, prevención, control o evitación.
La inestabilidad emocional se da cuando la persona no es capaz de regular sus estados de ánimo y muchas situaciones, relativamente cotidianas, le desbordan. Así, encontramos reacciones emocionales desproporcionadas o impulsos que la persona no siempre es capaz de controlar.
Entendemos las conductas inadaptadas (o inadaptación) como un desajuste que la persona vive con respecto a la sociedad en la que vive, así como las normas y leyes que la sostienen.
Hablamos de conductas inadaptadas para referirnos al abuso de algún tipo de droga, ejercer la violencia de forma indiscriminada, tener comportamientos antisociales como robos, peleas o promiscuidad y abuso sexual… Este tipo de comportamiento, lógicamente, causa un desajuste tremendo en la persona que lo lleva a cabo y suele ser objeto de atención clínica.
Las emociones son un estadio de la persona sobre cuya educación y control no se nos instruye ni académica ni socialmente. Por eso, para algunas personas conectar con las emociones, regularlas adecuadamente, gestionarlas y lograr que no le desborden, a veces se convierte en una tarea ardua porque no nadie les enseñó a hacerlo.
Los trastornos psicosomáticos son aquellos en los cuales la persona está convencida de que sufre una enfermedad que en realidad no sufre, o existe una excesiva preocupación por padecerla. Así, existen pensamientos desproporcionados y persistentes sobre la gravedad de los propios síntomas, por lo que la persona invierte mucho tiempo y energía en estos síntomas o la preocupación por la salud.
Los comportamientos de inseguridad: falta de expresión, evitación, agresividad, complacencia…, normalmente son la punta de un iceberg llamado baja autoestima. Cuando una persona no se siente agusto consigo misma o no confía en sus habilidades, aparecen dichos comportamientos de inseguridad.
Parece que estamos programados para evitar el dolor en cualquiera de sus expresiones. Entre ellas, el dolor que a veces implica el tomar decisiones. Visto con perspectiva es lógico, todo es cuestión de supervivencia. Por eso no siempre tomamos decisiones, porque implican asumir cierto grado de dolor. No obstante, la indecisión puede tornarse patológica.
Identidad, de la raíz idem(‘mismo’) y entidad (‘lo que constituye la esencia o la forma de una cosa’). Por lo tanto, la identidad es lo que constituye la esencia o lo que le da forma a uno mismo; ese constructo mental que nos hace ser conscientes de nosotros mismos, conceptualizarnos como alguien separado de otros y saber quiénes somos. A veces perdemos esa perspectiva, perdiendo con ella el rumbo y la adecuada toma de decisiones en nuestra vida.
Parece que estamos programados para evitar el dolor en cualquiera de sus expresiones. Entre ellas, el dolor que a veces implica el tomar decisiones. Visto con perspectiva es lógico, todo es cuestión de supervivencia. Por eso no siempre tomamos decisiones, porque implican asumir cierto grado de dolor. No obstante, la indecisión puede tornarse patológica.
Según los datos aportados por las investigaciones de Lorenzo Guirao, presidente de la Asociación para la Investigación de las Disfunciones Sexuales en Atención Primaria, el 60% de las mujeres sufre disfunción sexual frente al 40% de los hombres. Por otro lado, se estima que el 30% de las mujeres carece de interés por el sexo, el 20% tiene relaciones no placenteras, el 50% encuentra muchas dificultades para llegar al orgasmo y el 25% es incapaz de lograrlo.
El duelo es ese proceso psicológico que una persona debe pasar cuando se enfrenta a alguna pérdida grande. Cuando dicha pérdida (material o humana) es inesperada y de corte dramático, el duelo puede alargarse e incluso enquistarse y no acabar de pasarlo nunca. Cuando esto pasa, la persona se ve sometida a grandes dosis de estrés, tristeza desmedida e incluso ansiedad, porque algo que no está resuelto sigue dando vueltas en su cabeza (a veces incluso de manera inconsciente).
Cuando una persona está pasando por un mal momento o su historia de vida le ha llevado a no tener que afrontar decisiones difíciles, puede que llegue a la vida adulta con la incapacidad para tomar decisiones. Aparecen entonces los bloqueo, no siendo capaz de tomar decisiones, y también pueden aparecer comportamientos de autosabotaje. Dicho de otro modo, comportamientos que lleven a la persona a boicotear sus propias decisiones.
¿Cuáles son los miedos más comunes en las personas?
Miedo al fracaso: definido como el miedo a no poder alcanzar el objetivo propuesto.
Miedo a la decepción: directamente relacionado con el anterior, este es el temor a no cumplir con las expectativas de otras personas, especialmente personas de referencia y, especialmente a su vez, con las expectativas de los padres.
Miedo a ser un fraude: lo que comúnmente se llama el síndrome del impostor, consistente en achacar los logros personales a la suerte o al azar, achacándose a uno/a mismo/a una imagen de ineptitud e inhabilidad.
Miedo a equivocarse: muchas personas no se permiten tomar decisiones (entrando en un proceso de duda obsesiva) por temor a no tomar la decisión correcta.
¿Cómo se diagnostican los trastornos del sueño?
Normalmente los trastornos del sueño se diagnostican en una Unidad de Sueño, que suele estar formada por un equipo de profesionales multidisciplinar.
Se requiere para su correcto diagnóstico una polisomnografía o prueba del sueño. Dicha prueba suele ir acompañada por un registro en vídeo de una sesión de sueño para registrar el comportamiento del paciente durante una noche entera. Además, se miden distintas variables como las fisiológicas a través de un electroencefalograma, flujo nasal, saturación de oxígenos y frecuencia cardiaca.
Con todo ello, los profesionales conocen la estructura del sueño del paciente y catalogan su posible trastorno.
Las bases sobre la que se sostiene el encuentro con un psicoterapeuta son la escucha y la palabra. A través de estas dos herramientas se manifiestan la empatía, el apego estable, la contención emocional necesaria y el liderazgo positivo.
Siempre es una colaboración. Cuando la persona habla tanto de su pasado como de su presente, sus sueños, sus fantasías, etc., con el terapeuta que escucha, juntos van dotando de sentido las situaciones de su vida, los sentimientos, ideas, creencias, pensamientos, recuerdos, temores, conductas, etc. para identificar aquello que permite el desarrollo y el bienestar y aquello que lo detiene o afecta.
El terapeuta puede ayudar a mitigar el sufrimiento encontrando sus causas y modificando patrones. Esta modificación permite, a su vez, impulsar el desarrollo personal y dotar a las personas de mayor libertad de pensar, sentir y actuar al hacerlas conscientes de sus motivaciones y obstáculos inconscientes que son los responsables, en última instancia, de su manera de actuar.
El fin último de toda terapia psicológica es lograr una mejora en la calidad de vida, mayor plenitud, satisfacción y bienestar en la vida personal, familiar y laboral de las personas.
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Más de 30 años ofreciendo atención personalizada para mejorar el bienestar emocional de niños, adolescentes y adultos.
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