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¿Qué es el trauma? La terapia EMDR

La terapia EMDR (Eye Movement Desensitization and Reprocessing) es una terapia innovadora que surge para trabajar contenido traumático a través del reprocesamiento de recuerdos problemáticos. Para ello utiliza la estimulación bilateral, un mecanismo natural del cerebro para integrar información mientras dormimos.

La terapia EMDR en principio surgió (Shapiro, 2001) para trabajar el estrés postraumático, campo en el que ha obtenido sobrado reconocimiento internacional. Actualmente, se aplica a múltiples patologías ya que su eficacia probada se está extendiendo a muchos problemas clínicos. En los últimos años su eficacia ha sido avalada por un gran número de estudios empíricos, como puede consultarse en la siguiente página web de la Asociación EMDR España.

Para más información sobre qué es la terapia EMDR, su aval científico y aplicabilidad, podrá visitar este enlace.

Así mismo, para ver un ejemplo visual de la técnica, puede ir a este enlace.

Muy bien, pero exactamente, ¿qué es un trauma?

Hablamos de dos tipos de trauma: el simple y el complejo. El trauma simple está configurado en torno a un evento muy fuerte y dramático: la vivencia de una guerra, un accidente de tráfico mortal, un atraco armado, violencia física o sexual explícita… Son eventos que por grandes, fuertes y dramáticos, tienen la capacidad de generar imágenes intrusivas, pesadillas, problemas de gestión emocional… Y todo tipo de trastornos psicológicos. Es lo que comúnmente se ha dado en llamar trastorno de estrés postraumático (TEPT).

La otra manera de que pueda darse esta circunstancias es a través del trauma complejo. Son situaciones menos dramáticas, aunque también dolorosas yc eso sí, repetidas en el tiempo. Tal es el caso del bullying, peleas parentales permanentes en casa, negligencia paterno/materno-filiar, comentarios negativos hacia una persona, rupturas sentimentales incomprendidas… Y un largo etcétera de posibles situaciones que pueden llegar a ser traumáticas y cuya casuística tiende al infinito.

Una trauma puede ser simple (un acontecimiento muy grande, dramático o extremadamente violento) o simple (un conjunto de circunstancias que si bien no son tan grandes, fueron suficientemente dolorosas y, eso sí, repetidas en el tiempo.
Imagen de storyset en Freepik

En ambos casos pueden generarse redes neuronales desadaptativas (en adelante RND). Información contenida en el cerebro que no ayuda a la persona adaptarse al mundo, sino que genera sintomatología patológica. Pongamos un ejemplo para entendernos mejor. Imagina que se muere un abuelo. Podemos convenir en que dicho evento llega a una red neuronal adaptativa cuyo contenido podrías ser: ya era mayor, es ley de vida, nadie es eterno, tenía que pasar, hacía unos menes que lo esperábamos… No es que la muerte del abuelo no duela, es que probablemente tengamos información previa con un alto contenido adaptativo, que nos ayude a asimilar mejor esa muerte.

En cambio, si en lugar de un abuelo quien se muere es alguien joven (un amigo, una hija, tal vez la pareja…) la cosa cambia, porque probablemente no tengamos información adaptativa previa que nos ayude a asimilar el acontecimiento. Bien por fuerte, grande o dramático (o por todo junto), un evento puede no integrarse en el cerebro en forma de red neuronal adaptativa. Dicho de otro modo, queda desintegrado, pudiendo formar una RND.

Una RND está formada por tarjets, recuerdos que pueden incluir imágenes, sonidos, sensaciones, etc. relacionados con el hecho traumático. Así mismo, se generan también disparadores, una situación (circunstancia, objeto, animal o persona) que activa la RND. Si, por ejemplo, tengo fobia a los perros porque de pequeño me mordió uno, un disparador presente puede ser la mera visión de un perro. Este disparador puede generar un exceso de estrés, ansiedad u otro tipo de problemas, como la propia fobia.

Algunos disparadores son muy evidentes, como un perro en una fobia a los perros, o el mar en una fobia al agua. Pero la mayoría son mucho más sutiles: un olor, un sonido, una situación ambigua, una acción, incluso una mirada, un tono de voz o una actitud. Por ejemplo: si mi padre me miraba con cierta mirada castigadora o me hablaba con cierto tonto tenso cuando hacía algo que a su juicio estaba mal y eso se repetía con cierta frecuencia, de mayor puede ser que ese tipo de miradas o de tonos en la voz actúen de disparadores. Así, ciertos aspectos de cualquier relación humana pueden ser traumáticos, no tanto en forma de TEPT, sino en forma de comportamientos o reacciones patológicas.

Si siempre te pasa lo mismo o te sientes de la misma manera ante ciertos eventos, personas, etc., tal vez se trate de que se te están activando eventos traumáticos de los que no eres consciente. Y todo ello puede ser trabajado a través del EMDR.

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