Aunque ha trabajado con distintas etapas del ciclo vital, su práctica se centra en el acompañamiento de personas adultas que llegan con la sensación de estar atrapadas en patrones repetitivos, en historias que se repiten y que desean ser contadas de otra forma. Su modo de trabajar es profundo y respetuoso, confiando en que incluso la crisis contiene la posibilidad de un nuevo comienzo. Para Julia Estela, cada proceso terapéutico es único. Su mirada integra la rigurosidad clínica con la sensibilidad de quien sabe que, en cada relato, hay algo esencial que merece ser honrado. Su presencia en consulta es, ante todo, una invitación a reencontrarse con lo que en uno mismo aún busca crecer.