Apoyo emocional para adolescentes en una etapa de cambios
El adolescente llega a la consulta con sus temores, enojos y ansiedades, y ante todo, sabe que será escuchado, contenido y orientado.Proporcionar una guía a los padres en esa aparente confusión siempre ayuda a equilibrar la armonía familiar.
La adolescencia es una etapa de transición compleja hacia la vida adulta. En muchas ocasiones, se convierte en uno de los momentos más estresantes para los padres y madres, marcada por conflictos en el hogar, crisis de identidad y dificultades en las relaciones interpersonales. No obstante, concebimos la adolescencia como la oportunidad que nos brinda la vida para transformarnos en adultos coherentes y sanos. Esto puede ser logrado con la guía adecuada de un profesional, si así se requiere.
Por ello, ofrecemos orientación y apoyo profesional a jóvenes y sus familias durante la etapa de la adolescencia, estableciendo objetivos realistas y favoreciendo la participación familiar a lo largo del proceso. Nuestro objetivo es ayudar a los jóvenes y sus padres a afrontar estos desafíos mediante la promoción de una comunicación efectiva, el establecimiento de límites claros y el fortalecimiento de la relación familiar.
En la escuela, en la familia o con los amigos, los adolescentes a veces experimentan periodos de crisis o estrés carececiendo de herramientas psicológicas para lidiar con ello. Nuestra responsabilidad es encontrar y adaptar estrategias para enseñarles durante esta etapa,las habilidades que necesitan para vivir de un modo más sano y menos confuso.
Manuel Buzón
El psicólogo está dotado de una visión más amplia en cuanto a los diferentes aspectos del desarrollo del niño, especialmente a nivel cognitivo, perceptivo, afectivo y social.
El psicopedagogo ha cursado una carrera concreta (Psicopedagogía)que le forma para apoyar a personas en aspectos relacionados con el aprendizaje académico. También existe la rama de pedagogía terapéutica en la carrera de Profesor de E.P.. Se trata de profesionales que, por su formación, deben dominar las técnicas de enseñanza, especialmente las que se dedican a niños con dificultades.
El logopeda es un especialista en lenguaje: trastornos del habla, de la voz, de lectura, de escritura, etc. Puede ser además un psicólogo, psicopedagogo o maestro, que ha cursado estudios de «Patología y terapéutica del lenguaje».
Nuevamente mencionamos que lo ideal son los equipos de profesionales, por eso ALTEAPSICOLOGOS está formado por logopedas, psicólogos y psicopedagogos. Entre todos podemos llegar a determinar la solución pertinente para cada dificultad.
El primer paso es determinar si dichas dificultades requieren o no intervención terapéutica y que tipo de tratamiento es el más aconsejado para su hijo.
Posteriormente, buscar un buen equipo de profesionales, con prestigio y años de experiencia, reconocimiento oficial y colegial y con garantía para llevara a cabo dicha intervención.
No se sienta cohibido y solicite toda la información que necesite y plantee todas sus dudas hasta quedar satisfecho de que acude a un centro y le atiende un psicólogo que le merece la mayor de su confianza.
La ansiedad es uno de los problemas que más se observan al trabajar con adolescentes en consulta. Muchos de ellos ya empiezan con problemas de ansiedad en la infancia y otros surgen durante la etapa adolescente.
En la adolescencia, la ansiedad se presenta de forma similar a la ansiedad en adultos (hablamos detalladamente sobre ansiedad en adultos aquí [insertar enlace de la pastilla de adultos sobre “Ansiedad, angustia, crisis de pánico y trastornos de ansiedad”]). Sin embargo, los adolescentes con ansiedad suelen mostrar algunas particularidades. Sus síntomas incluyen con más frecuencia la irritabilidad, la ira, la agresividad, el aislamiento social o la inseguridad.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la adolescencia es la etapa que va de los diez a los diecinueve años, subdividida en dos fases: adolescencia temprana (de diez a catorce años) y adolescencia tardía (de quince a diecinueve años).
Evidentemente estos datos hay que tratarlos como lo que son, un convencionalismo para intentar categorizar un asunto que por lo demás es sumamente complejo y ambiguo.
Atendiendo a esa complejidad, nos gusta definir la adolescencia como esa etapa que la vida nos brinda para transformarnos en las personas que realmente queremos ser.
En la mayoría de los casos, estos comportamientos desobedientes, desafiantes y con frecuencia hostiles se dirigen a los padres, maestros u otros adultos que se encuentran en una posición de autoridad. Sin embargo, sus conductas inapropiadas también pueden afectar a las personas de su alrededor. A veces esta actitud es tan grave que termina dando lugar a alteraciones significativas en la vida del adolescente.
Es usual conocer a un niño o adolescente que emplea muchas horas en estudiar y en cambio los resultados obtenidos no son los esperados. Un estudiante puede ser muy inteligente pero si no posee un método de trabajo adecuado, no estará rindiendo al máximo de sus posibilidades. No nos debemos conformar con obtener buenos resultados, ya que a veces, se está empleando más tiempo y esfuerzo del necesario en obtenerlos. ¿Y quién no querría más tiempo libre para el ocio?
Hay cuatros aspectos de la vida de un adolescente que determinan el nivel de felicidad en un adolescente: familia, estudios, sus relaciones sociales y su proyecto de vida personal más o menos encauzado. Si cada uno de esos pilares es suficientemente fuerte podríamos decir que el adoelscente sería feliz.
No existe una causa específica que haya sido identificada como la única razón por la cual algunas personas desarrollan adicciones a las sustancias, sino que se cree que es una combinación de distintos factores: genéticos, físicos, ambientales… Sea como sea, los adolescentes pueden usar una sustancia por muchas razones. Lo pueden hacer porque quieren encajar con sus amigos o en ciertos grupos, les gusta la forma en que los hace sentir o creen que los hace más adultos. Los adolescentes tienden a probar cosas nuevas y a correr riesgos, por lo que pueden tomar drogas o beber alcohol debido a que les parece emocionante.
Existen 8 tipos de conflictos familiares, aquí explicamos en que consisten y cómo gestionarlos. Los conflictos familiares pueden darse según el tipo de vínculo o según las causas que lo originen.
Los conflictos familiares y sociales surgen porque tenemos intereses personales que para ser satisfechos dependen de las relaciones personales que tenemos con los demás. Pero como los demás también tienen sus intereses, esas relaciones, a su vez, nos limitan. Por lo que se hace necesario fijar una reglas de intercambio que garanticen el equilibrio de las relaciones. Cuando esas reglas se rompen, el equilibrio se descompensa y aparece el conflicto.
¿Cuántas veces le has hecho una petición a tu hijo o hija adolescente y para ellos ha sido como oír llover, o sencillamente por costumbre os ha dicho que no a todo lo que le decís? Y es que a veces somos tan repetitivos en el tono, el contenido y la forma en la que le decimos las cosas, que ellos han aprendido a protegerse.
En la adolescencia se replantea la definición personal y social del ser humano a través de una segunda individuación que moviliza procesos de exploración, diferenciación del medio familiar, búsqueda de pertenencia y sentido de vida. Se comienza a evolucionar de un proyecto de vida complementario con el proyecto familiar a una forma de enfrentamiento personal y social propia que se deberá ir poniendo a prueba en la práctica concreta y aportará a la consolidación de la identidad y los roles.
Los trastornos alimenticios son condiciones complejas que emergen de la combinación de conductas presentes por largo tiempo, factores biológicos, emocionales, psicológicos, interpersonales y sociales. Aunque los trastornos alimenticios pueden comenzar con preocupaciones por la comida y el peso, son mucho más que solamente comida. Para algunos, la dieta, los atracones y la purgación pueden comenzar como una forma de lidiar con las emociones dolorosas y para sentirse en control de su vida personal, pero al final estos comportamientos dañan la salud física y emocional, la autoestima y la sensación de competitividad y control de la persona.
Las personas tienden a infravalorar la obsesión por el móvil, por internet o por otras nuevas tecnologías, porque no sienten que fisiológicamente les haga daño, en el sentido de que no ingieren sustancias adictivas. Lo cierto es que dejar de jugar videojuegos, perder el móvil o no estar conectado sí tiene consecuencias, como la irritabilidad, incertidumbre, aburrimiento o nerviosismo.
Fragmento de la película «El indomable Will Hunting»
Es un buen ejemplo de un estilo terapéutico honesto junto con la habilidad y la capacidad de establecer los límites adecuados en el trabajo con adolescentes.
Will es un joven rebelde con una inteligencia asombrosa, especialmente para las matemáticas. El descubrimiento de su talento por parte de los profesores le planteará un dilema: seguir con su vida de siempre -un trabajo fácil, buenos amigos con los que tomar unas cervezas- o aprovechar sus grandes cualidades intelectuales en alguna universidad. Sólo el apoyo y la honestidad de un terapeuta le ayudarán a decidirse.
Reserva una cita hoy para brindarle el apoyo emocional que necesita para crecer con confianza.
Más de 30 años ofreciendo atención personalizada para mejorar el bienestar emocional de niños, adolescentes y adultos.
Más de 30 años ofreciendo atención personalizada para mejorar el bienestar emocional de niños, adolescentes y adultos.